Por: Margarita María Peláez Mejía

Este fue un año donde sentí que el tiempo no existía, una percepción que el tiempo sucede mientras te pasan sucesos y este año se repetía el mismo: diagnósticos, médicos, clínicas…esperas. Una gran monotonía, desconfianza en la lectura mecánica de imágenes, un cuerpo visto y leído lineal y repetitivamente. Sentía compasión por estos médicos sin pasión y dependientes de tecnología, ya sin contacto humano y el paciente un objeto que se repite cada 20 minutos. No Historia del cuerpo emocional, cuerpo mental y cuerpo físico, no mirada holística y sistémica de la vida, solo datos para llenar un formato predeterminado en el computador.
La monotonía se hizo presente en mi vida este año y la vida fue resbalando por mi cuerpo, sentidos y alma a una lenta, gris y aburrida velocidad a la que intentaba resistir, y al diagnóstico sospechoso de un tumor cancerígeno, que me obligó a viajar al interior de mi misma y hacer el recorrido por lo vivido hasta hoy. Me miraba a mi lado, me escuchaba ajena al sonido, paseaba por caminos transitados que me eran ajenos, me buscaba en el tiempo.
Esa fue la magia de este año, de su tiempo sin tiempo, de la mirada sobre las fragilidad de vivir y la poca importancia que tienen las luchas, guiones, éxitos, poder, juventud, dinero y demás ilusiones vanas del vivir. Vino el desapego, constatar lo inútil y vano de tantas ilusiones a las cuales me entregué y entrar en un mundo simplificado y profundo del existir. Estoy lista, he entendido el significado del viaje y el disfrute de estar viva, sentía que así se vería la vida en la antesala de la muerte.
Ese fue el gran encuentro con mi ser profundo, mi yo superior. Cuando entro a esa dimensión, lo que ocurre en el día día ya no tiene la importancia que le daba, es una relatividad liviana, pasajera. ¿Puedo sentir mi identidad eterna, la conciencia misma?
GRACIAS ENFERMEDAD
De los dolores aprendí lecciones
Del sufrimiento, reflexiones
De la adversidad entendí lo que es el amor
De lo peor, entendí lo mejor
De lo vivido nació lo que soy hoy.


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