Mario Benedetti

Siempre he pensado que hemos venido de todos los tiempos, latitudes, territorios. Hemos sido amos y  esclavos, iletrados, sabios, artistas, piratas, filósofas, campesinas, brujas, madres, hijas, esposas, libertarias e insumisas. Soy actora y protagonista de todas las historias que he leído y vivido y esta magia me la ha regalado LA LECTURA, ella ha sido mi fiel compañera y amiga. He amado, acariciado, cuidado y atesorado los libros que han marcado etapas de mi vida. Con Salgari, Jack London, Tolstói, Sartre, Beauvoir, García Márquez, Isabel Allende… etc., en literatura. Sin nombrar las lecturas de la filosofía, sociología, feminismo, política.

Un rasgo muy significativo de nuestra humanidad ha sido la lectura de nuestro entorno, de nuestros semejantes, de nosotros mismos. Esta lectura posiblemente originó la necesidad de la palabra, de la comunicación, la gestualidad y señas para lograr llegar con el mensaje y fortalecer nuestro grupo social.

¿Para qué leemos? Leo para saber que no estoy sola, me he hecho sobre el caminar de otros y otras, sobre sus historias y luchas, sus logros como humanidad. No soy única, ni la primera. Soy porque somos, como dicen algunas comunidades africanas.

Quiero conocer otras culturas, territorios, formas de pensar, futuros y presentes posibles, la magia está en la lectura donde todo es posible.

Leer es interpretar con imaginación, intuición, emoción y sin prejuicios. Los lectores somos RECO-LECTORES de las vivencias y camino de quien escribe, de sus sueños, alegrías, tristezas, dudas y realizaciones.

Leer es emocionar, cuestionar, elegir, confrontar, seleccionar, hacer propio un pensamiento, concepto o teoría de manera crítica, pensada e interiorizada. El lector pasa a ser ELECTOR, elige con libertad y criterio, no es borrego, tiene conciencia y argumentos, puede opcionar, elegir libremente.

De ahí que libro, lectura y lector, sean la base de la libertad.