Por: Margarita María Peláez Mejía
Cuando despierto veo mi casa.
Me siento agradecida, segura y feliz.
Es mi nido, mi calor y mi hogar.
Por mi ventana, observo el día naciente
que va llenando el ambiente de vida y color,
sensación que invade mi ser.
Cada cuarto, tiene su propia historia.
La casa es memoria, evidencia y sumatoria
de sueños, partidas y vuelos de quienes
La habitaron, para hacer realidad sus sueños.
El entorno que rodea mi hogar
Es una fiesta de verdes, colorido de flores
y variados cantos de pájaros.
La luz acaricia el ambiente
con su aliento suave que me invita
a agradecer, mi existir fugaz.
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