Por: Margarita María Peláez Mejía

En ellos guardamos las imágenes de momentos tristes y felices que deseamos guardar en la memoria. A veces miro las imágenes de lo que he sido, realizado, mis afectos y amores. Con nostalgia y agradecimiento veo a los que ya partieron dejando su huella en mi corazón, todo este caleidoscopio de imágenes me recuerda lo que fui y lo que soy.

Los recuerdos me acompañan en el presente, caminan, sudan, huelen, se alegran y entristecen en el momento en que llegan. Van viviendo y muriendo, mientras siento el tiempo pasando en mi vida, congelando imágenes e instantes, que desearía atrapar en un jirón de la mente o en un Flash visual, donde pareciera que la vida se congeló en un punto aparte.