Como los hongos tejen sus relaciones micélicas
los seres humanos transitamos a la comprensión de que,
que constituyen el todo, el Uno, lo que es.
Similar acontece con la lectura que hago
sobre el agua y los seres humanos.
Las personas somos como un hilo de agua
que en su recorrido se va transformando,
fluyendo por sitios inesperados donde se aumenta su caudal,
para en un meandro, lograr aquietarse en tranquilas y sinuosas quebradas,
que desprenden espumas como nubes en el cielo,
para entrar luego en raudas corrientes y caer en hermosas cascadas,
haciendo giros y remolinos inesperados y mágicos,
que invitan a sumergirte;
Así como los ríos recorren territorios regando cultivos,
llevando la vida, calmando la sed, leyendo historias,
“estamos siendo, lo que seremos”.
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